VIERNES, 15 DE DICIEMBRE DEL 2006

 

AYER

 

En la primera parte de la sesión del Plenario, los diputados reeligieron al Lic. Rodrigo Oreamuno, como miembro de la Junta Directiva del Banco Central. Es un abogado, fue diputado y la  junta directiva del banco ha aprovechado sus conocimientos jurídicos. La reelección se realizó no contó con el apoyo de los diputados del PAC, ni del señor diputado Óscar López del PASE.

 

En la segunda parte de la sesión, después de las cuatro de la tarde, con solo dos asuntos en la agenda, la Presidencia hizo uso de los recesos –por casi cuarenta cincuenta minutos- para ponerse de acuerdo sobre una moción de orden, suscrita por varias jefas de fracción, con el fin de habilitar el Plenario mañana y el próximo viernes; la iniciativa tiene el propósito de utilizar ese tiempo extraordinario en la elección de un magistrado, para ocupar una plaza en la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia.

 

Después de aprobar la moción para habilitar el Plenario, el señor Presidente Pacheco Fernández, siguiendo la agenda, comunicó que al dictamen sobre el proyecto de Ley de fortalecimiento del IMAS, expediente No. 16240, le fueron presentadas mociones para modificarlo, mediante la aplicación del artículo 137 del Reglamento interno de la Asamblea Legislativa. El segundo asunto en la agenda corresponde al Acuerdo marco de cooperación financiera entre la República de Costa Rica y el Banco Europeo de Inversiones, expediente No. 15538.

 

A las cinco y cuarto de la tarde, don Francisco Antonio levantó la sesión.

 

COMENTARIO

 

La exigua agenda del Plenario, muestra el interés del Poder Ejecutivo en el trámite de los proyectos de ley de la agenda complementaria del TLC; sin embargo, los proyectos de ley para la implementación del tratado, exceptuando las reformas fiscales, dejaron de ser importantes para el Poder Ejecutivo y para la Asamblea Legislativa. También hay que mirar los antecedentes, cuando el Gobierno de don Abel Pacheco, al tomar la decisión de dejar “que el que viene atrás que arree”, no pudo pasar el famoso “Pacto Fiscal” y ni una sola de las iniciativas de reforma estructural, para acomodar la legislación al TLC. Ahí se encuentra el meollo del problema que el tratado presenta al país; si se hubieran dado pasos importantes en las reformas institucionales y funcionales del Estado y los asuntos básicos, como la protección al agua o los que definen nuestra identidad como país se hubieran incorporado en nuestra Constitución Política, algunos de los aspectos controversiales del tratado habrían sido aprovechados para mejorar la legislación  nacional, para modernizarla y dotarla del espíritu social que ha caracterizado al Estado costarricense. Pero no se hizo y hasta el fin de esa administración, los diputados del PLN –en la oposición- se dieron cuenta de esto; al contrario, obstaculizaron proyectos presentados por el PUSC para debilitar al Gobierno, olvidando su protagonismo histórico. Esas reformas, en este momento, habrían convertido al tratado en una verdadera herramienta para el desarrollo o, por lo menos, lo habrían hecho más digerible. Al final fue inútil la oposición porque los propios ex Presidentes del PUSC les dieron la victoria electoral. Ahora, ya dictaminado, cabe recordar que aquella legislación ordinaria que se opone a las disposiciones del TLC queda sin efecto; pero ¿alguien sabe cuáles son esas normas que no regirán más? No, Este tratado tiene el mismo rango de los convenios internacionales, como los que Costa Rica ha firmado en el marco de la OIT, cuya aplicación en el país debería modificar la legislación nacional. Pero pude darme cuenta que los convenios de la OIT que protegen el derecho a la sindicalización y las convenciones colectivas, siguen haciendo fila desde hace muchos años en la Asamblea para su aprobación; y, el proyecto de ley para autorizar la negociación colectiva en las instituciones del Estado, simplemente desapareció en unas sesiones extraordinarias durante la administración pasada y no se puso a despacho en la siguiente legislatura. Indagué sobre quién recae la responsabilidad de esos actos y la mejor respuesta que obtuve fue: la mano peluda.

 

Todavía falta ver lo que el PAC tiene preparado para hacer esa oposición –sin estrategia- que le hacen al tratado, Hoy salió doña Janina del Vecchio por la televisión, reclamando por el gran número de mociones presentadas por el PAC, para que san discutidas en el Plenario, cuando el tratado inicie su trámite en primer debate. De una circunstancia parecida, cuando el Plenario comenzó a conocer el dictamen sobre el proyecto de Pacto Fiscal, apareció el artículo 208 bis, que permite establecer procedimientos para tramitar más expeditamente un proyecto; pero, si en la votación requiere treinta y ocho votos, el artículo 208 bis no puede aplicarse. Y faltan las consultas facultativa y preceptiva a la Sala Constitucional.

 

Por otra parte, la manifestación de los opositores al tratado frente a la Asamblea el martes pasado, cuando fue aprobado por la comisión, me pareció más “un saludo a la bandera”, porque me quedó la sensación de que la convicción que fundamenta la oposición se ha debilitado, con la anuencia de los dirigentes sindicales.  

 

Lic. Arturo Ferrer Schlager

Consultor PREDICTA SRL