JUEVES, 18 DE OCTUBRE DEL 2018

 

AYER

 

 

Con la aprobación de la moción incluida en documento adjunto de este informe numerada como la 145, presentada por el señor diputado Jonathan Prendas de Restauración Nacional, en el trámite del proyecto de Presupuesto para el año 2019, los diputados que votaron favorable y alegremente violaron el artículo 85 de la Constitución Política y, principalmente, atropellaron el artículo 84 sin sentir vergüenza ni los por incumplir el mandato primordial de custodiar y cultivar nuestra democracia. Rebajaron 10 mil millones al FEES y los trasladaron a la amortización de la deuda (¡¡¡!!!).

 

Sin ningún embargo, siete diputados votaron a favor y tres en contra. Los culpables de la violación constitucional son: los liberacionistas sin arraigo ideológico Silvia Hernández y Gustavo Viales; los que se hacen llamar restauradores nacionales Eduardo Cruickshank, Xiomara Rodríguez y Harllan Höpelman(n); de los obedientes del PUSC Rodolfo Peña y del perdido en el templo Otto Vargas que, definitivamente, no toca bien.

 

Los dos diputados seguidores del señor Presidente Carlos Alvarado, Laura Guido y Welmer Ramos votaron en contra de la moción; eso sí, una vez que estaban seguros que la moción sería aprobada. ¿Por qué no advirtieron a los demás diputados que esto retrasará el trámite de este presupuesto y que podrá convertirse en una palada de tierra para sepultarlo en el jardín de rosales, frente a la Sala Constitucional y junto al Plan fiscal? La excepción, el buen legislador David Gourzong quien sí honró los postulados socialdemócratas del PLN.

 

Pero hay que echar para adelante, sin perder de vista que la lucha no es por la plata; sino por defender al país de los politiquillos que ahora se sientan en sus curules y que, sin mediar un mea culpa, no reconocen que son un montón de bateadores al legislar. Si no fuera por sus asesores, quién sabe qué locuras más estarían haciendo con el marco jurídico que sostiene a la democracia costarricense.

 

Repetiremos sin descanso a los diputados su responsabilidad de obedecer los preceptos constitucionales y del castigo por profanarlos. Todos juraron defender la Constitución Política, pero ya se les olvidó; por eso cabe llamarlos mente catos.

 

 

Lic. Arturo Ferrer von Schlager

Consultor PREDICTA SRL